La red se teje cuando conversamos.
En esta época de pascuas, judías y cristianas, siempre me queda algún tiempo para conectar con las experiencias vividas, llevarlas a la palabra y compartirlas.
Hace poco más de 3 años comencé a interactuar en un espacio virtual llamado Escola de Redes. La principal virtud de la propuesta es la de constituirse como un contexto de interacción en red, dicho desde el opueseto, no jerárquico.
Esto aprendí y esto me importa, porque pasar de vivir en el marco de un sistema relacional organizado como patrón jerárquico hacia uno organizado como patrón de red distribuido genera seguridad vincular, lo que resulta en salud emocional, conocimiento y creatividad. Como lo expresa el lema de Esola de Redes, para aprender de redes hay que experimentarla: La escuela es la red. E=R
Cuando aprendemos a pensar en términos de red, conceptos como los de liderazgo y facilitación entran en crisis y dan paso a la idea de catalizadores del cambio o, mucho mejor y simplemente, tejedores de redes: netweavers.
Está allí quien responde
Así, en tanto reflexionaba acerca de mi motivación y experiencia en el espacio virtual de Escola de Redes, me daba cuenta de que un factor importantísimo radicaba en el saber que siempre, siempre, Augusto de Franco estaba allí para responder.
No esperaba ni espero siempre su respuesta. Pero sabía que estaba allí, escuchando, entrando en interacción conmigo y con los demás, a partir de aquello que le resultaba significativo o regalando un punto de vista nuevo y enriquecedor.
No necesito su respuesta, pero confío en que está, escucha y responde. Y así también lo sabía respecto de tantos compañeros de ese espacio con quienes gustosamente entro en conversación y de quienes tanto me nutro.
Cuento con que alguien está por allí y me alegro cuando llega su respuesta, que no es otra cosa que alegrarme en el encuentro con el otro.
La tarea del netweaver radica, básicamente, en la incondicionalidad que se manifiesta a partir de la disposición a responder.
Cada vez que respondemos le decimos al otro que no está sólo, que a alguien le importa quiénes somos. Es esa interacción la que nos va constituyendo como personas. Cuando nadie está para conectar y responder, la realidad vivida es la exclusión, el camino se torna en desesperación y, en ocasiones, la muerte un alivio trágico.
En mi experiencia, nos cuesta mucho comprender la idea de un espacio que no tiene dueño. Al mismo tiempo, la cuestión central no es quién es el dueño, quién manda o quién controla lo que se dice, lo que se hace, cómo deben suceder las cosas o cuándo. La cuestión central, lo único que debe contar, es quién está allí. Y está allí quien responde.
El valor relacional de la respuesta
Esto que digo no obliga a nadie a responder. La cuestión a la que apunto es el valor relacional de la respuesta. Deseo valorizar “la escucha profunda”, esa escucha que se abre a la presencia del otro, que se funde alquímicamente en quienes somos y nos trasciende, para emerger así en forma de respuesta, una respuesta honesta que damos a quien nos ha honrado con su palabra.
Una respuesta es siempre novedad, tanto para quien la da como para quien la recibe. Algo que nunca hubiera existido si no fuera por la gracia del encuentro.
En los ámbitos de la física y la biología más avanzados tanto como en el de la ecología hablamos de redes, de conexiones, de interacciones y de emergencias. Pero, según lo veo en este momento, la idea que más me cautiva es la de la “interacción”.
Interactuar es conversar, conversar es hacer amigos
Hacer amigos implica entablar relaciones recíprocas. Y reciprocidad equivale a decir que no sólo estamos en este mundo para decir y mostrarnos como pavos reales alardeando de nuestro bello plumaje, sino también para escuchar y, necesariamente, para responder.
La falta de respuesta me trae la imagen de una semilla que no encuentra un terreno donde fecundar. La respuesta es el motor de la circularidad de la vida.
Pocas cosas nos duelen más que no ser oídos. Pocas cosas provocan el desolador sentimiento de exclusión, de no formar parte de la red de la comunidad humana, como el no ser oídos. Y si hay una forma en que el no ser oído se hace evidente es en la falta de respuesta.
Y el responder, en sentido profundo, no tiene que ver con dar alguna forma específica de respuesta. No se trata de dar satisfacción, de si digo o hago justamente lo que otra persona espera que diga o haga. Se trata de hacerle saber que estoy allí y dispuesta a interactuar. Así, el responder deviene en el gesto de incondicionalidad hacia el otro, un gesto de amor que todos necesitamos para vivir.
Ser un nodo de la trama de la vida en este mundo implica estar dispuesto a conectar y dejarse atravesar por la palabra de los demás. Quizás no siempre tengamos algo para decir. Y sería irreal o imposible pretender que en una comunidad todos respondan a todos. Lo que debiera importar en todo espacio de convivencia es que siempre haya alguien que responda.
Si lo que deseamos construir esas redes de las que formamos parte y a la vez nos sostienen, necesitamos aprender a escuchar y a responder. Necesitamos que nos importe más darle al otro la gracia de saber que no está sólo antes que hacernos oír.
Extrañas palabras viniendo de mí, dado que soy bastante charlatana. Es el resultado de haber sido poco escuchada. En mi caso es una tarea inacabada de mejora. Pero al mismo tiempo, también sé que quienes me rodean cuentan conmigo y en medida de mis posibilidades, respondo.
Felices Pascuas | Jag Pesaj Sameaj
Todos los comentarios son bienvenidos. Y si lo que leíste te pareció interesante te agradezco que compartas en tus redes.
Si querés sumarte a la conversación y recibir las novedades de este blog y de las actividades en Awayo >>> click aquí
Querida Lía, gracias por el conocimiento que nos dejas a través de tus palabras, sencillas y claras pero a la vez profundas y que como siempre me pasa con las cosas que decís, me dejas pensando desde que lugar encaro el tema. Y ya sea desde cualquier partido que tome, de las que no responden, de las que responden demasiado o de las que siguen esperando respuesta donde no las hay, haces que crezca. Gracias!!!
Me gustaMe gusta
Hola Nati! Es interesante como ampliás el tema en cuanto a los contextos en o desde los cuales respondemos.
Probablemente todos tomemos partido un poco en todas estas situaciones. Pero con tu comentario, también me doy cuenta de que es un tema muy cercano a nuestro género, dado que solemos cargar con el mandato de estar siempre dispuestas para los demás y nos hace responder ‘demasioado’. Y otras veces, incluso, antes de tiempo.
Esto es lo que ya mismo me está gustando del blog por sobre un libro ¿no? Es bueno para ambas! Porque yo también estoy ampliando el tema a partir de vos.
Abrazo!
Me gustaMe gusta
Yo te respondo!
Me gustaMe gusta
Gracias!!
Me gustaMe gusta
Lía!
Me gusta mucho como escribís y lo que pensás. Sos muy clara y las ideas son muy lindas. Por eso estoy acá, respondiéndote, haciéndome presente!
Creo que la respuesta de un sujeto solo aparece, con sensatez, cuando puede hacerse responsable por aquello que lo interpela. Dar una respuesta y hacerse responsable van de la mano. Y solo puede responder aquel que se siente conmovido, tocado por la palabra del otro. Aquel que al escuchar la palabra del otro reconoce algo de sí en ellas. Los significantes ponen en juego sentidos que son atraídos por el que escucha. Y así se pone en marcha un circuito en donde la palabra liga, une, conecta! Hay encuentro (me encanta esa palabra = encuentro). Vos hablabas de interacción y creo que es totalmente cierto. Me gusta pensar que cuando hay interacción, interrelaciones, hay encuentro! La inter – acción, el encuentro me parece de las cosas mas vitales, necesarias, sanas y divertidas!!
Entiendo, además, que las personas somos en acto. Y actuar es responder por el deseo, es responsabilizarse de él, es darle bolilla a lo que te conmueve, lo que te interpela en tu subjetividad. Y si bien yo creo que el acto de responder es siempre de uno, nunca es en soledad sino en sociedad. No partimos de la nada, somos a partir de los otros. Y solo podemos responder si hubo alguien que nos escuchó pero también alguien que nos haya enseñado a escucharnos y nos haya enseñado a hablar. Hablar, con esas palabras que nos permiten comunicarnos y nos ligan.
Estoy segura de que los que te responden (de distintas maneras) es porque tus palabras los interpelan! Eso está bueno!
Me gustaMe gusta
Hola Agus!
Gracias por compartir y responder.
Tus comentarios (y los de todos los que deseen hacerlo) son imprescindibles y una bendición, porque ese fue uno de los motivos del blog, compartir alguna perspectiva o experiencia propia y abrir un espacio para la resonancia que permita eso que Pierre Levy describe como «inteligencia colectiva», ese conocimiento que se amplía, se expande, cuando se comparte. Generar un espacio para la inter-acción, como decís.
Te cuento que, cuando escribía, también me venía la palabra «responsabilidad». Y vos lo ajustás elegantemente en una frase: «responder y hacerse responsable van de la mano» y con tus palabras también me doy cuenta de que esto no puede suceder por fuera del hecho de ser «interpelado o conmovido» por la palabra del otro. Me gustó la palabra interpelado, no la suelo usar, veré a donde me lleva.
Lo que sigo aprendiendo en el encuentro con las personas de Escola de Redes (y con mucha dificultad, porque hay que darse vuelta bastante la cabeza para entenderlo a fondo) es eso de que no funcionamos en soledad sino en sociedad y que eso es lo difícil de calzar con nuestro viejo paradigma cognitivo. Somos lo que podemos ser en el contexto de la trama de la que formamos parte, somos emergentes, ser persona es un emergente. Nunca somos individuos, aunque le pese a nuestros egos, jaja.
Dice Humberto Maturana: «El gen humano no nos hace humanos, nos hace humanizables».
Me gustaMe gusta
Hola Lía!
Charlatana es una mina que habla mucho y no dice nada. Vos siempre decís muuuuuuuuuuuuuuuuuuuuucho. Jamás entrarías en categoría charlatana. Que bueno que estés compartiendo todo lo que sabés. Felicitaciones!
Me gustaMe gusta
Gracias Sebas!! Estas cosas de la vida, tantas veces me «etiquetaron» con eso que siempre me persigo un poco. Me vino re bien el comentario De paso compartimos una buena definición! Beso
Me gustaMe gusta
Hola Lía,
que alegría este espacio.
Hace unas semanas estoy ‘intentando’ empezar un blog y no me animo,
aca estás vos para hacer el caminito antes y poder seguirte y responderte.
No se me ocurre nada inteligente que decirte, sólo quiero darte las gracias
por todas las respuestas que generas en mi y en mi vida, gracias a tu presencia vital, intuitiva y certera aún a la distancia y por mail cuando ni siquiera podes escuchas el tono en que digo las cosas!
Hoy hablaba con una gran amiga sobre el ser coherente en la vida, un gran yogui del que ella es seguidora decía: «hay que pensar, decir y hacer y lo mismo».
Vos para mi sos un ejemplo clarísimo de este pedido.
Gracias Lía siempre
Mariana
Me gustaMe gusta
Qué alegría tu respuesta, estimulante, como otras que he tenido en estos días. Nos seguiremos encontrando por aquí también, qué bueno! Abrazo grande.
Me gustaMe gusta
Hola Lia, felicidades desde la Tierra Colorada!!!.
Gracias a tu ayuda aca estamos viviendo felices, con altas y bajas como todas las parejas en esta Argentina que nos toca vivir. Te cuento que la familia se agranda nuevamente y gracias a vos, esto es UNA FAMILIA. Vani está entrando en el 4º mes y si Dios quiere en unas semanas sabremos el sexo. GRACIAS como siempre….esto en parte te lo debemos a vos!!!
Me gustaMe gusta
Qué buena noticia, Manuel!! Gracias a ustedes que pusieron todas la humildad y las ganas por delante. Ahora podemos seguir compartiendo por esta vía también!!. Me encantaría pegarme una pasada por vuestras tierras coloradas y verlos! Abrazos A Vanina y a Abril y al bebé de la panza.
Me gustaMe gusta
Lia querida.
Gracias por permitirme ser parte de esta red-trama que nos «vincula» y nos permite co- crear y co-compartir sin censura y sin crìtica.
Seguramente este blog serà un «disparador» para pensar en voz alta, Resonando-y haciendo eco.
Respondo porque me siento implicada y comprometida con tus palabras, «hicieron eco».
Escuchar y escucharse. Cuantos cursos de oratoria existen y ninguno de «escuchatoria».?!
Es la presencia real o virtual de un otro que nos permite ese sostenimiento y la seguridad que no estamos en soledad,camino a forjar una sociedad o una comunidad que comparta valores.
Me da mucho placer nuestros encuentros, aunque esporàdicos y espaciados me recontactan en un camino que hemos compartido y transitado juntas, este reencuentro nutricio en la virtualidad seguramente fecundarà.
Me resuena el acto de «estar ahi» como una presencia, aun en la ausencia.
Me resuena los distintos «modos de decir», los estilos personales, y la polifonia con que cada uno de este grupo aporta y enriquece, cuenta y dialoga.
Me resuena como con un mismo abecedario cada humano crea lo propio poetica.
» Confío en que está, escucha y responde».la confianza en saber que estas y estamos me coloca en un lugar seguro y confiable, me despierta el deseo de pertenencia y en lo posible de permanencia..
Una vez mas,, gracias Lia, gracias grupo
Me gustaMe gusta
Hola Ruth, es un honor y una bendición el poder compartir, como siempre.
Me divirtió eso de «escuchatoria», jaja. De paso te cuento que uno de los talleres predilectos / estratégicos que dicto se llama «Saber escuchar es bueno y es gratis» !! Así que comparto la importancia que tiene el tema. De paso, tanto trabajarlo con otros, me va saliendo mejor también a mi eso de «saber escuchar», jaja.
Es cierto que la presencia «responsable» del otro, como dijo Agus, nos da seguridad. Y me recordaba cómo la seguridad en uno mismo se construye desde esa experiencia concreta para luego, como decís,contar con esa «presencia, aun en la ausencia». Tema central en la crianza.
Me encantó la palabra «polifonía» para describir las diferentes resonancias. Una linda variante de la diversidad y riqueza con que contamos.
Y me encanta que sientas pertenencia.
Gracias por estar ahí a vos también.
Beso enorme,
Lía
Me gustaMe gusta
Gracias Lía por compartir, por lo que expresas claramente y lleva a la reflexión, por la apertura a la escucha, sobre todo en estos tiempos donde nos escuchamos tan poco.
Felicitaciones por haberte animado a hacerlo y por tu empuje.
Un abrazo
Isabel
Me gustaMe gusta
Hola Isabel! Que bueno poder encontrarnos por esta vía. Espero seguir inspirada y animándome, jeje. Beso!
Me gustaMe gusta
Lia:Retomando el tema de la seguridad, como construcciòn, como base para forjar el SER propio, sabemos que la corporalidad es sede y alojamiento para un enraizar seguro,esto que tanto hemos compartido ambas. Una base segura, es constituirnos en cuerpo propio y apropiado que nos sostenga sin coraza inutil?? Como el escuchar se bifurca entre la interioridad, ( que me llega de mi, como tomo esos susurros internos) y que me llega de la exterioridad). Escuchar y resonar genera un vibrar seguramente
tambien polifonico. Me encanta poder resonar contigo, y esa increible bùsqueda que estas desplegando me nutre, me hace pensar,… co-pensar..me atraviesan permitiendome un pensar encarnado.. Abrazo y sigamos resonando. Me encantaria estar en el taller que mencionas,, sin dudas me seria mas que util,, contame y avisame
Me gustaMe gusta
Respuesta con atraso, Ruth. Enfocando tu comentario en el tema del post, tu comentario me lleva a lo que dice Rafael Echeverria, en cuanto que «el escuchar valida el hablar … el escuchar es lo que dirige todo el proceso de la comunicación». Dirige, inicia, propicia… un proceso de comunicación que definitivamente se cerraría en tanto no hubiera un espacio de mutua resonancia y de mutua escucha. Escucha, habla, respuesta… parte de la danza de un proceso interactivo, creativo y nutritivo. En tanto nadie quiera tener «la razón». Mmmm, tema de otro post. Beso, Ruth!
Me gustaMe gusta